Los medidores de flujo son necesarios en una variedad de bebidas y aplicaciones de tratamiento de aguas residualesSe pueden utilizar para medir los productos químicos que se dosifican, regular la entrada y salida de las bombas, para rastrear la pérdida de agua, para medir el flujo de fluidos en el sistema y más.
Entre las tecnologías de medición de caudal, los medidores Coriolis son conocidos por su extrema precisión, a menudo entre +/-0.1 % y 0.2 %. Sin embargo, esta extrema precisión tiene un precio muy elevado. Antes de comprometerse con una inversión de este tipo, es importante conocer las ventajas y desventajas de la tecnología de los medidores Coriolis y compararla con tecnologías alternativas que tienen un precio más económico, como los medidores ultrasónicos.
Cómo funcionan los medidores Coriolis y ultrasónicos

Los medidores Coriolis miden el caudal másico de un fluido mediante uno o más tubos vibratorios. A medida que el fluido se mueve a través de los tubos, la interacción entre su flujo y la vibración de los tubos crea una desviación o torsión medible en los tubos. Esta desviación es directamente proporcional al caudal másico del fluido. Los sensores detectan el cambio de fase entre los extremos de entrada y salida de los tubos, y la electrónica del medidor utiliza esta información para calcular el caudal másico con precisión.
En comparación, medidores ultrasónicos (Figura 1) miden el caudal volumétrico de un fluido mediante ondas sonoras. Los pulsos ultrasónicos se transmiten entre transductores colocados en lados opuestos de la tubería. Estos pulsos viajan tanto aguas arriba como aguas abajo del flujo. Cuando el fluido se mueve, las ondas sonoras que viajan con el flujo se mueven más rápido que las que viajan en contra, lo que crea una diferencia de tiempo medible, o "tiempo de tránsito", que se utiliza para calcular la velocidad del flujo y, en última instancia, el caudal. Algunos medidores ultrasónicos también pueden utilizar el efecto Doppler, basándose en los reflejos de sonido de las partículas o burbujas dentro del fluido, para medir el flujo.
La diferencia clave entre cada tipo de medidor es que el medidor Coriolis mide la masa, mientras que medidores ultrasónicos Miden la velocidad. Esto significa que la precisión de los primeros no se ve afectada por los cambios de temperatura, densidad o viscosidad. Los medidores Coriolis miden la masa, independientemente de la fase en la que se encuentre. Por eso, suelen ser los preferidos en aplicaciones de petróleo y gas.
Dónde destaca cada tipo de medidor
Tanto Coriolis como medidores ultrasónicos tienen sus ventajas. Algunas áreas a considerar incluyen:
Calibración. Todos los medidores deben calibrarse al instalarlos. Sin embargo, los medidores Coriolis son susceptibles a la desviación del cero, donde la lectura de caudal cero cambia con el tiempo para indicar un caudal nulo o negativo. Esto ocurre como resultado del desgaste de los tubos utilizados para medir el caudal másico, así como de las fluctuaciones de presión. Los medidores ultrasónicos no tienen partes móviles que puedan sufrir desgaste y, como resultado, rara vez necesitan ser recalibrados.
Mantenimiento. Por razones similares, los medidores Coriolis requieren más mantenimiento que los medidores ultrasónicos. Los productos químicos cáusticos, abrasivos y de otro tipo pueden corroer los tubos del medidor, lo que requiere no solo una recalibración sino, a veces, un reemplazo. El único componente de los medidores ultrasónicos que está expuesto al líquido son los transductores, pero como los medidores a menudo se instalan en la corona de la tubería, no siempre están sumergidos y, por lo tanto, es menos probable que se corroan.
Presión Los cambios en la presión de los fluidos son comunes en muchas aplicaciones de tratamiento de agua. Si bien esto no afecta la precisión de la medición ultrasónica, puede ser perjudicial para los medidores Coriolis. Las pulsaciones y otras variaciones de presión pueden causar vibraciones en el tubo, lo que da como resultado lecturas inexactas. Para minimizar esto, pueden ser necesarios amortiguadores de presión o pulsaciones, lo que aumenta la complejidad y el costo del sistema.
Caudales bajos. Los medidores Coriolis tienen un rango de caudal limitado y se vuelven imprecisos a caudales más bajos. La mayoría solo puede proporcionar lecturas de hasta aproximadamente 3 pies/s, mientras que los medidores ultrasónicos pueden medir caudales tan bajos como 0.5 pies/s. Esto hace que los medidores ultrasónicos sean una opción más práctica y rentable para aplicaciones como el tratamiento de agua donde los caudales bajos son comunes, especialmente en pozos más pequeños.
Elegir la mejor alternativa para su aplicación
La determinación final dependerá en gran medida de la aplicación en cuestión. Los medidores Coriolis son los preferidos en aplicaciones con fluctuaciones de temperatura y densidad de fluidos. Sin embargo, muy pocos sistemas de tratamiento de agua presentan tales complicaciones.
No es necesario comprar demasiada tecnología y, si bien los medidores Coriolis ofrecen una precisión excepcional, su alto costo, los requisitos de mantenimiento y las limitaciones en escenarios de bajo caudal los hacen menos prácticos para muchas aplicaciones de tratamiento de agua.
Medidores ultrasónicos Ofrecen una alternativa más rentable y confiable, especialmente en sistemas con caudales bajos o condiciones menos exigentes. Una ventaja adicional es que los medidores ultrasónicos funcionan prácticamente sin mantenimiento.
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